Concéntrate en Dios, No en Tus Problemas

Concéntrate en Dios, No en Tus Problemas

¿Cómo puedes mantener tu mente enfocada en Dios cuando tienes tantos problemas y distracciones? Centrándote en las promesas de Dios.

Cuanto más te concentres en tus dificultades, tus privaciones o incluso en el dolor que sientes cuando estás sufriendo, más se debilitará tu enfoque en Dios.

Cuanto menos te enfoques en el Señor, más dudarás de Él y de los planes que Él tiene para ti. Lo importante es seguir enfocándose en el Señor. Cuando pienso en el enfoque, pienso en la historia de Daniel estando en el foso de los leones.

La Biblia dice que Daniel estuvo con los leones toda la noche. Si hubiera estado concentrado en los leones, no habría podido dormir, habría estado preocupado toda la noche. Daniel no tenía los ojos puestos en los leones sino en Dios.

Nuestros temores e incertidumbres desaparecen cuando nos enfocamos en el Señor.

Cuando te enfocas en tus problemas y angustias, la carga del dolor que sientes se vuelve más grande y te sientes menos seguro, insignificante y finalmente abrumado. Comienzas a olvidar que Dios está obrando en tu vida.

Daniel estaba pensando en la omnipotencia de Dios y Sus promesas. Fue Dios quien creó los leones. Dios podía (y lo hizo) cerrar las bocas de los leones. También pudo haber matado a todos los leones. Daniel simplemente tenía que confiar en los planes de Dios.

Tú guardas en completa paz a quien siempre piensa en Ti y pone en Ti su confianza. Confíen siempre en el Señor, porque Él es la Roca eterna.
─ Isaías 26:3-4

Daniel finalmente durmió esa noche y cuando se despertó, miró hacia arriba y Dios le recordó que estaba donde estaba porque había obedecido a Dios, y el resultado fue que Dios lo protegió de los leones.

Necesitamos los principios de Dios para obedecerle

Dios siempre obra sobre la base de Sus principios, no sobre la base de nuestros sentimientos. Por ejemplo, el principio más simple es que cosechamos lo que sembramos. Otro principio es obedecer a Dios y dejar que Él maneje todas las consecuencias.

Eso significa que necesito obedecer lo que Él dice. Confiaré en Él con las consecuencias de mi obediencia. Dios actúa a favor de aquellos que confían en Él y en Sus propósitos eternos. Sus planes para mí son mejores que mis propios planes.

“Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni sus caminos son Mis caminos”, declara el Señor. “Porque como los cielos son más altos que la tierra, así Mis caminos son más altos que sus caminos, y Mis pensamientos más que sus pensamientos.”
─ Isaías 55:8-9

Entonces, si voy a vivir sobre la base de los principios de Dios, entonces sé que voy a ir en la dirección correcta y haré las cosas correctas porque los propósitos de Dios se basan en Sus santos principios.

Centrándose en las promesas de Dios

Lo diré de nuevo, Dios quiere que le obedezcamos y confiemos en Él con todas las consecuencias de nuestra obediencia a Él. ¿Hay alguna consecuencia de tu obediencia a Dios que Él no pueda manejar? Ninguna. Él puede manejar cada uno de ellas.

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Cuando obedecemos al Señor y le dejamos las consecuencias a Él, esto es lo que sucede: Viviremos en paz y tendremos un sentido de gozo, confianza y seguridad. Pase lo que pase, Él tiene el control de todo.

Lo único que puede pasar en tu vida es lo que Dios permite. Si eres un hijo de Dios, debes saber que siempre hay una buena razón para lo que Él permite. Puede que no te gusten algunas de las circunstancias que Él permite en tu vida, pero son para tu bien.

Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas...
─ 2 Pedro 1:3-4

Ya sea que estés viviendo la vida con culpa o viviendo en pecado, te será muy difícil confiar en Dios porque cualquier pecado habitual obstaculizará el poder de Dios en tu vida.

Dios nos ha dado muchas promesas porque quiere que experimentemos Su gozo y compartamos Sus prioridades. Sigue enfocándote en obedecerle y compartir el evangelio de Cristo. El Señor te ha dado todo lo que necesitas para vivir una vida piadosa.

Señor, Tu Palabra me recuerda que aun cuando camino por el valle de sombra de muerte, no debo temer mal alguno, porque Tú estás conmigo y me consuelas. Gracias, Señor, por Tu amor perfecto que echa fuera el temor. Ayúdame a vivir fiel y valientemente para Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.



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2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es sobre la importancia de enfocarse en Dios y Su Palabra para que puedas vivir una vida cristiana fructífera


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