La Importancia de la Fe en la Vida Cristiana
Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver (Hebreos 11:1).
El principio rector de la vida cristiana es la fe. Esto no es simplemente un factor psicológico. La verdadera fe bíblica tiene a Dios como objeto. Es decir, creemos en Dios y confiamos en Su Palabra.
La fe bíblica no es un optimismo ciego o un sentimiento fabricado de esperanza. Tampoco es una aprobación intelectual a una doctrina. La fe bíblica es una obediencia confiada a Dios y Su Palabra a pesar de las circunstancias y consecuencias.
El mundo define la fe como una creencia firme en algo para lo cual no hay pruebas. Pero para el cristiano, la fe toma a Dios al pie de la letra; la fe no insiste en que Él se ajuste a nuestras ideas.
Tener fe significa confiar en Dios
Tenga esto en cuenta mientras estudiamos los diversos ejemplos de fe. No estamos hablando de hombres que tenían una fuerza espiritual llamada “fe”, sino que estamos hablando de hombres que confiaron en lo que no podían ver, que confiaron en las promesas de Dios, que basaron su vida en una esperanza bíblica.
La fe bíblica no es una vaga esperanza basada en ilusiones. En cambio, la fe bíblica es estar seguro de que algo en el futuro, algo que aún no se ve pero que ha sido prometido por Dios, realmente sucederá porque Dios lo hará realidad.
Porque por fe andamos, no por vista.
─ 2 Corintios 5:7
¿Cómo se camina por fe? Creyendo las promesas de Dios y obedeciendo la Palabra de Dios, a pesar de lo que veas, cómo te sientas o lo que pueda suceder. Significa comprometerse con el Señor y confiar totalmente en Él para satisfacer tus necesidades.
Tu fe en Dios te da paz
La fe bíblica no es tener una confianza ciega en que algo saldrá bien. Más bien, la fe bíblica es una confianza segura en el Dios eterno quien es todopoderoso, infinitamente sabio y eternamente digno de confianza.
Dios se ha revelado en Su Palabra y en la persona de Jesucristo. Sus promesas se han cumplido de generación en generación, y Él “nunca dejará ni abandonará” a Sus hijos (Hebreos 13:5).
En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre, porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.
─ Salmos 9:10
Cuando sientas que las pruebas de la vida te hacen descender incontrolablemente por un río de desesperación, aférrate a la presencia y la paz de Dios. Sí, su fe puede comenzar a tambalearse. Pero no estás abandonado. Dios está contigo, para tu bien y Su gloria.
La fe demuestra la realidad de lo que esperamos
Nuestros sentidos pueden mentirnos; Dios no puede mentir (Tito 1:2). La gente falla; Dios nunca falla (Núm. 23:19). Las circunstancias cambian; Dios nunca cambia (Malaquías 3:6). Así que la fe descrita en Hebreos 11 está enfocada en un objeto infinitamente más confiable que cualquier fe humana.
Considerando lo mucho que las Escrituras hablan de la fe, uno se sorprende de que el tema de la fe ocupe tan poco la atención del mundo en general, o incluso del mundo religioso.
La fe es sinónimo de confianza o creencia, y es la convicción de la verdad de cualquier cosa, pero en las Escrituras la fe habla de la creencia con respecto a la relación del hombre con Dios y las cosas espirituales. Es más, nuestra fe nos ayuda a obedecer al Señor y a acercarnos a Él.
De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que Él existe y que Él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
─ Hebreos 11:6
No podemos (y no lo haremos) acercarnos a Dios a menos que primero creamos que Él existe, que Él es el Dios vivo y verdadero. No podemos verlo sino a través de los ojos de la fe (1 Pedro 1:8).
Tu fe crecerá a medida que confíes en Dios
La fe, como la gracia, es activa. La fe salvadora es más que simplemente comprender los hechos y estar de acuerdo con ellos. Es inseparable del arrepentimiento, nuestra entrega a Jesús o un anhelo sobrenatural de obedecer. Ninguna de esas cosas es una obra exclusivamente humana, como tampoco creer es un esfuerzo exclusivamente humano.
La fe genuina incluye esencialmente un elemento intelectual, que es “un reconocimiento positivo de la verdad”; un elemento emocional, que incluye “una profunda convicción de la verdad”; y un elemento voluntario, que involucra “una confianza personal en Cristo como Salvador y Señor, incluyendo una entrega a Cristo.”
Una definición práctica de la fe involucra tanto una renuncia como una dependencia. Primero, debemos renunciar a cualquier confianza en nuestro propio desempeño como base de nuestra aceptación ante Dios.
Segundo, debemos confiar en el poder de Dios y Su Espíritu para vivir una vida piadosa. Esto implica no vivir de acuerdo con nuestra naturaleza pecaminosa. Debemos esforzarnos por vivir sinceramente de una manera piadosa.
Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por fe en el Hijo de Dios, quien me amó y entregó Su vida para salvarme.
─ Gálatas 2:20
La fe (o confianza en Dios) es el fundamento de una relación con Él. “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6). Para acercarnos a Dios, “debemos creer que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan” (Heb. 11:6).
Tu fe crecerá a través de nuevos desafíos a medida que continúes confiando en Dios. Él demostrará ser fiel y, como resultado, tu fe crecerá. El acto de fe más verdadero, que es posible gracias al don de la gracia de Dios para ti, es la confianza total en el Señor en todas tus circunstancias.
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La Palabra de Dios nos ofrece soluciones a muchas de nuestras dificultades, incluido aprender cómo podemos animarnos unos a otros. Cuando caminamos en esta confianza, animar a otros se convierte en una extensión natural de nuestra identidad en Cristo.
2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo es sobre la importancia de tener una fe firme en Dios para el crecimiento continuo de tu vida espiritual.
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