La Gravedad del Pecado y el Infierno

La Gravedad del Pecado y el Infierno

Sorprendentemente, algunas de las palabras más fuertes de la Biblia con respecto al pecado y el infierno provienen de Jesucristo mismo.

En Marcos 9:48, Jesús cita el capítulo 66 del libro de Isaías para describir el infierno como un lugar lleno de gusanos invencibles que comen carne y que nunca morirán y también como un fuego inextinguible. (Esa no es exactamente la imagen más agradable.)

Sin embargo, lo que debemos tener en cuenta es que Aquel que habló más vívidamente sobre el castigo eterno es el mismo que murió en la cruz para que no tengamos que experimentar el dolor del infierno.

Las declaraciones más fuertes y sorprendentes sobre el infierno provienen de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien soportó la ira de Su Padre para rescatarnos del fuego del juicio eterno.

La oposición divina de Dios al pecado

Quizás una de las razones por las que nuestra cultura se burla del infierno y considera que el concepto es una reliquia extraña de la Edad Oscura es que, a diferencia de Jesús, a menudo hablamos del infierno de manera tan desapasionada.

¿Por qué no hablamos con urgencia de lo que dice la Biblia sobre el destino eterno de nuestros seres queridos incrédulos?

Quizás tomamos demasiado a la ligera el pasaje bíblico de Jesús llorando por Jerusalén (Mateo 23:37-39; Lucas 19:41-44). O tal vez nos olvidamos que Dios no desea la muerte de los pecadores, sino que prefiere que los pecadores se arrepientan de su maldad y vivan en santidad (Ezequiel 18:23; 33:11).

El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
─ 2 Pedro 3:9

La ira de Dios, como se expresa en el infierno, no es una explosión emocional. La ira de Dios significa Su oposición divina a la plaga que llamamos pecado. La pecaminosidad de la humanidad la condena al castigo eterno.

En Su muerte, Jesús experimentó el dolor del infierno por todos los que creyeran en Él. Jesús no solo cargó con nuestros pecados, sino que soportó la ira que merecemos. Si eliminas las malas noticias sobre el infierno, también eliminas las buenas noticias sobre el cielo.

La gravedad del pecado

Para un Dios santo, el pecado no se toma a la ligera. Necesitamos estudiar lo que Jesús dijo sobre el infierno y creer en su realidad. Cuando lo hagamos, estaremos agradecidos por nuestra salvación e inspirados a orar por aquellos que, si continúan en su incredulidad, no escaparán de la ira de Dios.

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Así será en el fin del mundo; los ángeles saldrán, y sacarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.
─ Mateo 13:49-50

Jesús nos advierte acerca de tomar el pecado a la ligera en Marcos 9:43-48. Las consecuencias del pecado permanecen en la vida del creyente, pero el pecado ya no debe reinar en su vida. “No dejen que el pecado domine su cuerpo mortal; no lo obedezcan siguiendo sus malos deseos” (Romanos 6:12).

El amor del Padre por ti te ha liberado de la tiranía del pecado. Aunque quizás aún no esté completamente destruido, el pecado ha sido destronado. Continuar viviendo en pecado es demostrar que no conoces verdaderamente la gracia salvadora y santificadora de Cristo.

En pocas palabras: el pecado es grave y su consecuencia última, el infierno, es real. No debes jugar con el pecado. Jesús dijo: “El que comete pecado es esclavo del pecado” (Juan 8:34).

Dios quiere lo mejor para ti: Tu salvación en Cristo

A veces, Dios abre nuestros ojos a los pecados que se han arraigado en partes de nuestra vida. Y Dios, por el poder de Su Espíritu, hará lo que sea necesario para eliminar esos pecados, no sea que se extiendan más allá de nuestro control y nos destruyan.

Tu Padre celestial nunca tiene la intención de hacerte daño. Él es el Dios que sacrificó a su único Hijo para salvarte del pecado que lleva a la destrucción. La disciplina que viene de Su mano proviene de un Padre que quiere proteger a Sus hijos de los peligros del pecado.

Dios no desea que languideces en el pecado y el desánimo, y ciertamente no desea que pases la eternidad apartado de Él. En cambio, para cualquiera que crea, Él da salvación a través de Jesucristo.

No tengan miedo, Mi pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes, en Su bondad, quiere darles el reino.
─ Lucas 12:32

El evangelio del amor y la misericordia de Dios nos muestra una manera de no ir al infierno. Jesús dijo: “En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

¡Qué promesa tan maravillosa! Pero Jesús declaró firmemente que solo se puede pasar de la muerte a la vida en esta vida. Esto significa que lo que decidas hacer con Cristo en este momento cuenta por toda la eternidad.



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¿Qué es la santidad según la biblia y por qué es importante? La única forma de ser santo es imitar a nuestro Señor Jesucristo. En este video aprenderás a través de las Escrituras los pasos necesarios para vivir en obediencia y santidad para la gloria de Dios, y los beneficios espirituales que eso conlleva. ¿Vives en santidad?

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es sobre las consecuencias trágicas y eternas del pecado y cómo nos separa de la presencia de Dios. El resultado final del pecado es la eternidad en el infierno.


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