Jesucristo - El Rey Divino

Jesucristo: El Rey Divino

La realeza de Jesús no reside en dinero, en ejércitos, en tronos o coronas terrenales; porque Su naturaleza es un linaje divino y celestial.

Jesús habló a menudo sobre el reino de Dios, predicando y demostrando que el reino de Dios había venido al mundo por Su venida. “El Señor ha establecido Su trono en los cielos, y Su reino domina sobre todo” (Salmos 103:19).

Mediante Sus milagros, Jesús dio demostraciones visuales y físicas del poder restaurador y transformador del reino. Y donde hay un reino, también debe haber un rey, y para un reino como el que describe Jesús, el rey seguramente debe ser glorioso.

El Señor será Rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será uno, y uno Su nombre.
─ Zacarías 14:9

El Señor será Rey no solo en el cielo, sino también reconocido como Rey de la tierra. La gloria del Señor será reconocida universalmente y Él solo será adorado en todo el universo.

Jesucristo es Rey de reyes

Una semana antes de Su crucifixión, Jesús hizo algo que dejó en claro que Él mismo era el Rey en el reino de Dios. Aquí está la descripción de John del evento:

Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús iba camino a Jerusalén. Entonces tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo, gritando: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene de parte del Señor! ¡Bendito el Rey de Israel!” Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura: “No tengas miedo, oh ciudad de Sion; aquí viene tu Rey, montado sobre un burrito” (Juan 12:12-15).

Más tarde Pilato le preguntará directamente: “¿Eres Tú el Rey de los judíos?” Es casi como si estuviera diciendo: “Vamos a resolver esto, Jesús. La gente ha dicho que eres un rey. ¿Es esto lo que dices? Jesús responde: “Tú lo has dicho” (Mateo 27:11).

Jesús, en otras palabras, es un Rey que somete a todas las fuerzas tiránicas que están contra nosotros, y también a las que luchan dentro de nosotros. Sin embargo, si Jesús es Rey, se presenta otra pregunta: ¿Qué clase de Rey es Jesús?

Podrías preguntar, ¿qué clase de rey monta un burro? ¿Qué tipo de rey lleva una corona tejida con espinas? ¿Qué clase de rey se viste con la túnica de otra persona y se hace parecer tonto y luego es cruelmente burlado por Sus guardias militares indisciplinados?

Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran. Los soldados hicieron una corona de espinas, se la pusieron a Jesús en la cabeza y también le pusieron un manto de color rojo oscuro. Mientras se acercaban a pegarle en la cara, le gritaban: “¡Viva el Rey de los judíos!”
─ Juan 19:1-3

Jesucristo es un Rey diferente a cualquier otro rey anterior, con un reinado que es completamente único en toda la historia.

¿Cómo reina Jesús?

¿Cómo administra Cristo el oficio [ministerio] de un rey? Esa es precisamente la pregunta que los pasajes bíblicos anteriores nos obligan a hacer; y aquí está la respuesta: En someternos a Él, en gobernarnos y defendernos, y en restringir y conquistar a todos Sus enemigos y los nuestros.

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La idea de que Jesús sea Rey de reyes y Señor de señores significa que no hay una autoridad superior. ¿Cómo es esto posible? Aunque hay muchas dimensiones del reinado de Jesús, consideremos tres de ellas:

1. Jesús es el Rey de nuestra salvación

Primero, Jesús ejerció Su reinado al morir en la cruz. Allí logró todo lo necesario para lidiar con nuestro pecado y librarnos del poder de la muerte y de la esclavitud del diablo.

...para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo, y poder librar a los que vivían siempre en esclavitud por temor a la muerte.
─ Hebreos 2:14-15

La evidencia de Su divina victoria es, por supuesto, la Resurrección. Es como un fuerte “amén” pronunciado por Su Padre sobre Su obra.

Jesús fue resucitado físicamente de entre los muertos como una señal de que Su sacrificio por nuestros pecados había sido aceptado. A través de nuestra fe en Él, podemos experimentar el beneficio de Su sacrificio: Nuestra salvación eterna.

Dado que fuimos unidos a Él en Su muerte, también seremos resucitados como Él.
─ Romanos 6:5

¡Estamos irrevocablemente identificados con Cristo en esta vida presente y en la venidera! Nuestra unión con Cristo es una unión viva, para que podamos dar fruto; una unión amorosa, para que podamos disfrutarlo; y una unión duradera, para que no tengamos miedo.

2. Jesús es el Rey de todo el universo

Las Escrituras nos enseñan a pensar en el reinado real de Cristo en términos cósmicos: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles” (Colosenses 1:15-16).

Estar en Cristo transforma la vida. Es la experiencia suprema inclinarse ante la autoridad de este Cristo cósmico, que reina sobre todo. En un universo que tiene misterios impenetrables, nos ayuda mucho saber que Jesús es Rey.

3. Jesús es el Rey del futuro

En Su ascensión, Jesús iba a un lugar específico por una razón específica. Ascendía al cielo con el propósito de Su coronación como Rey de reyes y Señor de señores.

Entonces vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder. Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. Y el último enemigo que será eliminado es la muerte.
─ 1 Corintios 15:24-26

También aprendemos que como nuestro Rey, Jesús ascendió al cielo para pedirle a Su Padre que cumpliera Su promesa de enviar el Espíritu a Su pueblo para que pudieran experimentar todas las bendiciones espirituales.

Cuando el Espíritu Santo entra en tu vida, te da a conocer la Palabra de Dios y te señala constantemente al Hijo de Dios. Jesús mismo dijo: “Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). ¡Aleluya!

Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.
─ Colosenses 2:9



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2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es sobre la verdad de que Jesucristo es el Rey divino de toda la creación.


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