4 Maneras Prácticas de Prepararse para el Regreso de Cristo

4 Maneras Prácticas de Prepararse para el Regreso de Cristo

Para que estés listo para el regreso de Jesús, debes vivir en expectativa de Su regreso.

Un día, Jesucristo regresará a la tierra como el Señor de los Ejércitos Celestiales y reclamará la victoria más decisiva que este mundo haya visto jamás. Su victoria sobre la muerte. Todo lo que está mal se arreglará.

Satanás perderá su control sobre la humanidad. Luego el Señor Jesús restaurará la paz perfecta. Ninguno de los del pueblo de Dios se perderá. Cuando Cristo regrese, Dios y Sus ángeles celebrarán todo el camino desde el cielo hasta la tierra.

Pues el Hijo del Hombre vendrá con Sus ángeles en la gloria de Su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.
─ Mateo 16:27

Apocalipsis 22:12 registra una promesa similar: “Por tanto, Yo vengo pronto, y Mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.” Puede que no sepamos el día o la hora de Su regreso, pero podemos estar listos.

Veamos cuatro formas en las que podemos comenzar a prepararnos hoy para la segunda venida de Cristo.

1) Podemos prepararnos reconociendo la pasión y la paciencia de Cristo para salvar

La mayoría de la gente hoy en día no comprenden completamente el tipo de persona que es Jesús. La idea de Él como “humilde, manso y apacible” no llega a expresar Su poder, pasión, compromiso, valor y santidad.

En el capítulo 16 del libro de Mateo, Jesús preguntó a Sus discípulos quién creía la gente que Él era. Ellos respondieron: “Algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta” (v. 14).

Estos hombres son tres de los profetas más fuertes, valientes y robustos de la Biblia. Si Jesús hubiera sido tan pasivo como a menudo lo describe la sociedad actual, nunca lo hubieran confundido con tales individuos.

Un pasaje de Juan 2 da una idea del celo de Jesús. La ciudad de Jerusalén estaba llena de judíos que se preparaban para la fiesta de la Pascua. Se requería que cada familia sacrificara un cordero el día de la Pascua y lo comiera esa noche.

Los sacerdotes del templo aprovechaban la peregrinación para su beneficio; vendiendo animales de sacrificio a precios inflados. Cuando Jesús vio a los representantes de Su Padre explotar a otros, se llenó de una justa indignación que no encontramos en ninguna otra parte de las Escrituras.

A los que vendían palomas les dijo: “Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre una casa de comercio.”
─ Juan 2:16

Jesús no vaciló para mostrar Su disgusto. Con un látigo, expulsó a los animales, a los vendedores y a los que cambiaban el dinero y volcó sus mesas, derramando sus monedas al suelo. Acusó a los sacerdotes de convertir la casa de Su Padre en una “casa de comercio.”

Jesús no podía soportar la idea de que los sacerdotes deshonestos estaban difamando el templo de Dios. Su fervor recordó a los discípulos el celo del rey David por la casa del Señor.

Porque el celo por Tu casa me ha consumido, y los insultos de los que te injurian han caído sobre mí.
─ Salmos 69:9

2) Podemos prepararnos imitando el servicio de Cristo

El apóstol Pablo ilustró la humildad que Cristo mostró cuando vino a la tierra: Jesús, “por Su propia voluntad se rebajó, tomó la naturaleza de esclavo” (Filipenses 2:7). Jesús se convirtió en un esclavo, la posición más baja que una persona podía llegar a ser en el mundo romano.

Existe una conexión divina entre la humildad y el servicio. Jesús dijo de Sí mismo que “el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).

Jesús también enseñó que la grandeza se obtiene mediante el servicio. “El que quiera ser grande entre ustedes debe servir a los demás” (Mateo 20:26-27; 23:11). La idea que el mundo tiene del liderazgo es que los líderes están en la cima de la pirámide con todos los sirvientes debajo de ellos.

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Pero en el reino de Dios, la pirámide está invertida; el líder está ahora en la parte inferior como el principal sirviente de todos los demás. Eso se llama liderazgo de servicio. Tus ojos se apartan de ti y se ponen en aquellos a quienes te has comprometido a servir.

...El que quiera ser grande debe servir a los demás; y el que quiera ocupar el primer lugar en la lista de honor debe ser esclavo de los demás. Recuerden que Yo, el Hijo del hombre, no vine para que Me sirvan, sino para servir y dar Mi vida en rescate de muchos.
─ Mateo 20:26-28

Tener una perspectiva bíblica en nuestra vida nos mantendrá humildes. Pablo escribió: “Con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás” (Filipenses 2:3-4).

3) Podemos prepararnos reverenciando el honor y la gloria de Cristo

Cuando enfrentas cosas que no entiendes, es cuando más necesitas al Señor. Cuando hay problemas que no puedes resolver, pídele al Señor que te ayude a resolverlos. Sigue confiando en el Señor.

El profeta Habacuc fue un hombre que cuestionó a Dios. Su libro es un diálogo con Dios sobre las incertidumbres de la vida. En el último capítulo de su libro, Habacuc ha pasado del por qué, al asombro y finalmente a la adoración; es uno de los pasajes más increíbles de toda la Escritura.

Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del redil, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación. El Señor Dios es mi fortaleza...
─ Habacuc 3:17-19

La adoración de Habacuc a Dios trasciende sus circunstancias. ¿Cómo podía ser así? ¿Dónde encuentra la fuerza interior para pasar de la tragedia al triunfo en tres breves capítulos? Habacuc entendió una verdad tremenda: podemos adorar a Dios porque podemos confiar en Él y conocerlo.

4) Podemos prepararnos recordando la promesa que hizo Jesús acerca del cielo

¿Cómo será el cielo? El cielo es un lugar que es más maravilloso de lo que jamás puedas imaginar. También es un lugar de alegría y belleza, de paz y felicidad que nunca terminará.

Jesús promete que nadie que crea en Él será rechazado del cielo: “Al que viene a Mí, de ningún modo lo echaré fuera” (Juan 6:37). En las palabras finales de la Biblia, Jesús invita a todos a venir a Él y recibir la promesa del cielo:

...el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida.
─ Apocalipsis 22:17

Puedes tener paz y consuelo en la promesa de Dios de que la muerte no es el final. Delante de nosotros está el cielo si pertenecemos a Cristo. No fuimos hechos para este mundo, y por Su muerte y resurrección Cristo removió la única barrera que nos separaba de la vida eterna; la barrera de nuestros pecados.

La promesa de Cristo es para todos los que depositan su fe y confianza en Él. “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá” (Juan 11:25). Asegúrate de tu compromiso con Cristo y dale gracias porque estarás seguro en Su presencia para siempre. AMÉN.

Por tanto, velen, porque no saben en qué día viene su Señor.
─ Mateo 24:42



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El hecho de que tanta gente esté dejando su fe debería preocupar a todas las familias cristianas y a todas las iglesias. La mayoría de las personas no abandonan su fe tanto como dejan que su fe lentamente se vuelva menos importante para ellos.

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es acerca de cómo podemos estar listos para el regreso de Jesucristo (también conocido como “Su segunda venida”).


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