¿Cómo Perdonamos a Aquellos que Nos Han Lastimado?
El perdón es profundamente personal y como cristianos estamos llamados a perdonar. Entonces, ¿por qué es tan difícil para nosotros perdonarnos el uno al otro?
El perdón viene en dos formas. Primero, y más importante, perdonas a otra persona ante Dios, ya sea que esa persona admita o incluso reconozca algún mal. Jesús habla acerca de perdonar a otra persona:
Y cuando estén orando, perdonen si tienen algo contra alguien, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus transgresiones.
─ Marcos 11:25
No tenemos derecho a pedir misericordia, si no estamos dispuestos a extender el perdón a alguien que nos ha hecho daño. El perdón es el fundamento que debemos tener para que comience la sanación.
Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones, también su Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones.
─ Mateo 6:14,15
En el pasaje de Marcos 11, Jesús dice que debes lidiar con cualquier problema que puedas tener con alguien. Ni siquiera te dice que intentes aclarar lo que realmente sucedió. Solo perdónalos.
Los conflictos entre personas pueden ser impenetrablemente complejos. ¿Realmente hiciste algo contra alguien? ¿O no entendiste lo que estaban haciendo? ¿O simplemente estabas siendo hipersensible?
Tener una actitud piadosa nos ayuda a perdonar a los demás
A menudo es difícil saber lo que realmente sucedió entre dos personas que están en desacuerdo entre sí. Tratar de averiguar la explicación definitiva conduce a más desacuerdo e indignación. En cambio, Jesús simplemente dice que si tienes algo en contra de alguien, perdónalos.
En el pasaje de Mateo 6, Jesús enfatiza cómo lidiar con males reales. La misericordia de Dios está al frente y al centro para ayudarnos. Este aspecto del perdón tiene que ver con nuestra actitud. El propósito de Dios es cambiarte, no tratar con la otra persona.
Dios te está preparando para que vayas a la otra persona y ya estés dispuesto a ser misericordioso. Ya no estarás guardando rencor, acumulando amargura o estando a la defensiva.
El segundo aspecto del perdón es hacerlo de una manera autocontrolada. Lea cómo lo describe Jesús: “¡Tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo” (Lucas 17:3,4).
Entonces acercándose Pedro, preguntó a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le contestó: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.”
─ Mateo 18:21,22
En este pasaje, Jesús elige describir a la otra persona como un reincidente. Esa persona sigue pecando, incluso después de admitir que está mal. Eso es realismo. Esa es una razón por la que necesitamos paciencia.
Tener el amor de Cristo dentro de nosotros nos ayuda a perdonar a los demás
Debemos volver continuamente a nuestro Padre celestial y buscar el perdón nosotros mismos y desarrollar nuevamente nuestra actitud con respecto al perdón. Entonces podemos acercarnos de nuevo a la otra persona para buscar un tipo de perdón piadoso.
Esta combinación de tener autocontrol y piedad antes de perdonar nos ayudará a entender muchas situaciones comunes y extremadamente complicadas. Aquí hay tres ...
Primero, ¿qué pasa si la otra persona no quiere escucharte? O tal vez se pone a la defensiva y se enfada, y te contraataca cuando buscabas ser amigable. Debemos pedirle a nuestro Padre celestial que nos ayude a perdonar con una actitud piadosa de amor.
Este tipo de perdón siempre debe ocurrir; ayuda a mantener tu actitud bajo control. Se necesitan dos personas para reconciliarse, al igual que se necesitan dos para hacer una guerra. Una persona puede perdonar, incluso cuando la otra todavía está en guerra. Se llama amar al prójimo.
Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin quejas.
─ 1 Pedro 4:8,9
En segundo lugar, ¿qué pasa si la persona que te lastimó ya no está en tu vida? Tal vez está muerto, tal vez es demasiado hostil o incluso peligroso para acercarse. Por la misericordia de Dios, siempre podemos establecer nuestro corazón en Su misericordia y amor.
En tercer lugar, ver que nuestro perdón a los demás tiene dos partes interconectadas nos ayuda a navegar por los mensajes opuestos que a menudo se escuchan en algunos mensajes cristianos.
El perdón trae una experiencia curativa a nuestra vida
Entonces, si perdonas de corazón, entonces serás capaz de acercarte con amor a la otra persona cuando sea necesario. Pero, si la otra persona no pide perdón o si no sería prudente acercarse a la otra persona, entonces el perdón y la reconciliación no pueden tener lugar.
El perdón es una elección consciente formada al conocer la misericordia de Dios hacia ti y conocer Su Palabra. No perdonar sería fomentar la amargura. Una vez que tiene lugar el perdón, puede comenzar el proceso de reconciliación entre dos personas.
Reflexiona sobre lo que el Señor está haciendo en cualquier situación difícil que estés experimentando. Recuerda, Dios promete usar todas las cosas para tu bien y Su gloria (Romanos 8:28).
Cada daño profundo que he experimentado me ha fortalecido y preparado para animar a los demás. Más importante aún, cambia mi enfoque de mi dolor, hacia Dios y Su amor. Esa bendición sólo proviene de la gracia de Dios.
Y Él me ha dicho: “Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad.” Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
─ 2 Corintios 12:9
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2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo se trata de cómo podemos aprender a perdonar a alguien.
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