Aguardando el Regreso del Señor

Aguardando el Regreso del Señor

Por Fe Andamos

A lo largo de las Escrituras encontramos tres amonestaciones para nosotros en cuanto al regreso del Señor.

Debemos velar ─ El Señor dijo en ocasiones repetidas que debemos velar por Su venida porque no sabemos el día ni la hora de Su regreso (Mateo 24:42; 25:13).

En Lucas 21:36, Jesús dio esta instrucción específica: “Pero velen en todo tiempo, orando para que tengan fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del Hombre.” Debemos hacer más que orar en tanto que velamos. Debemos estar firmes en la fe, con valentía y fortaleza.

Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, sean valientes y fuertes.Todas sus cosas sean hechas con amor.
─ 1 Corintios 16:13-14   

Debemos velar sobriamente, armándonos de fe, amor y salvación (1 Tesalonicenses 5:8). Mientras velamos, debemos mantenernos especialmente alerta a falsos profetas. Debemos discernir los espíritus y rechazar de plano a todos aquellos que no confiesan que Jesucristo es Dios hecho carne (2 Pedro 2:1; 1 Juan 4:1–3).

Jesús le habló a Juan en una visión y le dio esta gran promesa para aquellos que permanecen vigilantes: “¡Estén alerta! Vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela” (Apocalipsis 16:15).

Debemos trabajar ─ ¿Por qué Jesús después de salvarnos nos deja aquí en la tierra? ¿Por qué no somos llevados inmediatamente a la presencia del Señor después de nacer de nuevo? ¡Porque aún nos queda trabajo por hacer!

En primer lugar, Dios nos llama a ganar almas. Debemos ser los testigos del Señor, hablando acerca del amor de Dios y la muerte expiatoria de Jesucristo. Debemos testificar de lo que Él ha hecho en nuestras propias vidas, tanto con nuestras palabras como por nuestro ejemplo.

Mientras quede una sola alma en la tierra que no haya escuchado el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, ¡tenemos trabajo que hacer!

En segundo lugar, debemos crecer espiritualmente, desarrollando una intimidad cada vez más profunda con el Señor. Ninguno de nosotros vive a la altura de su potencial espiritual. Todos tenemos la posibilidad de crecer más.

En aquellas áreas donde descubrimos que no somos semejantes a Cristo, debemos trabajar con el Espíritu Santo para llegar a ser conformados a Su semejanza. Nuestras mentes deben ser renovadas.

Y no se conformen a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.
─ Romanos 12:2   

Nuestras heridas internas y nuestras emociones deben ser sanadas. Debemos crecer en el discernimiento espiritual y en la sabiduría de Dios. Nuestra fe debe ser fortalecida y usada para que nuestras oraciones y nuestras acciones contribuyan con más eficacia al reino del Señor.

Debemos esperar ─ Esperar no es fácil. La impaciencia lleva a menudo a la frustración. Esperar también puede incrementar nuestro temor. Cuanto más tarda en ocurrir algo que anticipamos, mayor es nuestra preocupación sobre lo que sucederá, y esto se puede degenerar en ansiedad por lo que pudiera suceder.

Los ángeles declararon paz a la tierra en la primera venida de Jesús (Lucas 2:14). Más de trescientas veces en las Escrituras, el Señor dice que no debemos de temer, sino el contrario, debemos gozar de paz. El profeta Isaías se refirió a Jesús como el Príncipe de Paz (Isaías 9:6).

El Señor Jesús nos da paz

A lo largo de Su ministerio, el Señor Jesús declaró paz. A la mujer con el flujo de sangre le dijo “ve en paz;” y a los discípulos les dijo “Mi paz les doy.” El Señor nos llama a la paz en tanto que aguardamos Su regreso. Aparte de Jesús, no hay paz; podemos tener Su paz mientras aguardamos el regreso del Señor.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
─ Filipenses 4:7   




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El pecado que mora en nosotros aún (Romanos 7) está en constante batalla contra el Espíritu que también mora en nosotros desde el nuevo nacimiento. Si Cristo murió por nuestros pecados y hemos sido liberados del poder del pecado, ¿por qué seguimos cayendo?

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es acerca de la importancia de tener en cuenta el pronto regreso de nuestro Señor Jesucristo.


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