La Importancia de Esperar en el Señor
En la mente de Dios, no hay nada de malo en esperar. De hecho, esperar puede ser algo bueno que Él usa a menudo para hacernos más como Su Hijo.
Un amigo dijo recientemente: “Esperar puede ser difícil, pero nunca conduce a la decepción.” La verdad de esa declaración se basa completamente en lo que creemos que estamos esperando.
En otras palabras, la pregunta no es simplemente qué estoy esperando, sino ¿cuál es mi esperanza? Estoy aprendiendo que la espera y la esperanza están íntimamente ligadas.
Esperar, por definición, tiene algo esperado al final de la espera. ¿Y si Dios no nos da las cosas que estamos esperando? Dios nunca promete que nuestros tiempos de espera terminarán recibiendo exactamente lo que queremos.
No todas las personas con cáncer terminan curadas. No toda soltería termina con un cónyuge. Esto significa que nuestra esperanza no puede basarse en lo que estamos esperando. Nuestra esperanza tiene que basarse en algo mucho más grande: las promesas y el carácter de Dios.
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
─ Filipenses 4:6-7
Dios quiere que aprendamos a seguirlo. Una forma en que Él nos ayuda a hacer esto es diciendo: “Espera.” A veces, el silencio es una de las herramientas más poderosas que Dios usa para hacernos más como Cristo.
Tenemos esperanza en las promesas de Dios
El salmista dijo: “Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en Su palabra tengo mi esperanza” (Salmos 130:5). Nuestra esperanza debe basarse en las promesas que Dios nos ha dado en las Escrituras. Estas son solo algunas de las promesas de Dios:
● Nunca te dejaré ni te abandonaré (Hebreos 13:5).
● Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito (Romanos 8:28).
● De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros (Romanos 8:26).
● ¿Quién nos condenará? Cristo fue el que murió y volvió a la vida, el que está en el lugar de honor junto a Dios, intercediendo por nosotros. (Romanos 8:34).
● Dejen en las manos de Dios todas sus preocupaciones, porque Él cuida de ustedes (1 Pedro 5:7).
● En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también (Juan 14:2-3).
Estas promesas son anclas para tu alma. Cuando estés en una temporada de espera y te sientas ansioso, lee estos versículos y recuérdate de la esperanza que es tuya en Cristo tu Señor.
Tenemos esperanza en el carácter de Dios
Como creyentes en Cristo, nuestra esperanza se basa en el carácter de Dios; Su inquebrantable bondad, fidelidad y soberanía. El Salmo 46 nos recuerda que debemos “Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios” (es decir, ¡sepan quién soy!).
Conocer la naturaleza y el carácter de Dios es conocer la paz, incluso en medio de la confusión. ¿Por qué? Porque lo que Dios hace fluye de quién es Él, lo que significa que si Él es bueno, entonces Sus caminos son buenos. Y si Sus caminos son buenos, entonces Sus respuestas son buenas, incluso cuando son difíciles de aceptar.
“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de paz y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.”
─ Jeremías 29:11
Es demasiado fácil para nosotros ver el carácter de Dios a través de nuestros propios ojos, en lugar de la forma en que Él ve las cosas. Por ejemplo, si estamos pasando por un momento difícil, pensamos que Dios es duro. O, si estamos pasando por una prueba, pensamos que Dios está enojado. O si no obtenemos lo que queremos, pensamos que Dios es injusto o cruel.
Pero no es así. Si Dios está a favor nuestro (Salmos 56:9), entonces está trabajando para nosotros en nuestras pruebas. Si Él es nuestro refugio, nuestra fuerza y nuestra salvación (Salmos 18:2; Isaías 12:2), entonces estamos seguros.
Si Dios es misericordioso y paciente, lento para la ira y abundante en amor (Éxodo 34:6), entonces podemos descansar en el hecho de que Él será así con nosotros. Si Él es grande y temible (Nehemías 1:5), entonces Él puede obrar poderosamente en medio de nuestra espera.
El punto es que debemos recordar quién es nuestro Dios y luego ver nuestras circunstancias a través de los ojos de Su carácter. Necesitamos estar quietos y saber que Él es Dios. Él nos dará la paz que necesitamos.
¿Qué estás esperando?
Mientras los israelitas esperaban a que Dios los regresara a su tierra, Isaías les recordó que “los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31).
Y lo mismo es cierto para ti. Si estás esperando algo, recuerda que, en última instancia, es el Señor a quien estás esperando. Si tu esperanza está puesta en obtener lo que deseas, entonces tienes la posibilidad de sentirte muy decepcionado.
Pero si esperas en Aquel que es completamente bueno, completamente para nosotros, cuya Palabra es segura y cuyos caminos son perfectos, entonces esa esperanza nunca te defraudará. Entonces, cuando lleguen las pruebas y seas llamado a esperar y ser paciente, puedes confiar en el Señor porque Sus promesas son seguras y Su carácter nunca falla.
Dios es quien me salva; tengo confianza, no temo. El Señor es mi refugio y mi fuerza, Él es mi Salvador.
─ Isaías 12:2
¿Qué es la santidad según la biblia y por qué es importante? La única forma de ser santo es imitar a nuestro Señor Jesucristo. En este video aprenderás a través de las Escrituras los pasos necesarios para vivir en obediencia y santidad para la gloria de Dios, y los beneficios espirituales que eso conlleva. ¿Vives en santidad?
2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo es sobre cómo debemos ser pacientes y esperar la dirección de Dios en nuestra vida.
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