¿Agradeces a Dios por Su Bondad?

¿Agradeces a Dios por Su Bondad?

¿Nos acordamos alguna vez de agradecer a Dios por todas las cosas buenas con las que nos ha bendecido?

Todos nos deseamos lo mejor cuando comienza un nuevo año y eso es muy bueno, pero, ¿acaso recordamos en algún momento, agradecer a Dios por el año viejo que se fue?

¿Cuándo fue la última vez que le diste gracias a Dios por algo que te haya dado o haya hecho por ti? ¿Esta mañana? ¿Ayer? ¿La semana pasada? ¿El mes pasado?

Dar gracias a Dios todos los días siempre es bueno porque Dios siempre nos provee. Un corazón mal agradecido es veneno para tu espíritu, y con el tiempo te volverás amargado, cínico y quebrantado.

Sentirse siempre amargado y cínico puede incluso enfermarte físicamente. El agradecimiento por otro lado, te llenará de gozo y causará que prospere tu espíritu y tu cuerpo.

Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre.
─ Efesios 5:20

Proverbios 17:22 dice: “El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos”, así que mira a tu alrededor y ve lo que Dios ha hecho. Si no encuentras algo en tu vida por lo que puedes agradecer a Dios, ¡no estás buscando lo suficiente!

El capítulo 100 del libro de los Salmos nos anima a aclamar con júbilo al Señor, cantar alabanzas y entrar por Sus puertas con acción de gracias y por Sus atrios con alabanza.

Agradecerle a Dios le muestra nuestra gratitud

El agradecimiento es una forma de alabanza. Cuando le agradeces a Dios lo reconoces como tu fuente y proveedor de todas las cosas en tu vida. También expresas tu gratitud por lo que Él ha hecho.

Pero el agradecimiento, así tan maravilloso como es, no es el nivel más alto de adoración. Ese lugar lo ocupa la alabanza. El agradecimiento te deja pasar por la puerta, pero la adoración te lleva hasta los atrios del Rey.

¡Cuán preciosas son Tus moradas, oh Señor de los ejércitos! Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.
─ Salmos 84:1-2

¿Cuál es la diferencia? El agradecimiento reconoce a Dios por lo que Él ha hecho. La adoración reconoce a Dios por lo que Él es. Muchas veces nuestra alabanza está diluida con deseos mundanos y motivos egoístas. Y a veces adoramos porque queremos algo de Dios.

Dios nos ama tanto que a veces nos honra y bendice de todas maneras, aun cuando nuestra motivación no es la que debiera ser. A medida que alabamos a Dios, nuestro corazón debe estar centrado solo en Él. Nuestro único motivo es estar con Él y disfrutar Su presencia.

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¿Cuándo fue la última vez que adoraste a Dios en verdad? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que lo reconociste por quien Él es? La adoración va a corregir tus pensamientos, te dará una nueva perspectiva.

Dios es glorificado cuando somos agradecidos

Todos tenemos momentos en los que no sentimos ganas de orar. Tiempos cuando es difícil sentirse agradecido. Esos son los tiempos cuando es más importante adorar a Dios para llevar tu corazón al agradecimiento y al gozo.

El agradecimiento es un tema bíblico importante. 1 Tesalonicenses 5:16-18 dice: “Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.” ¿Realmente entendemos esto?

La gratitud debe ser una forma de vida para nosotros, que fluya naturalmente desde nuestros corazones y labios. Mirando en las escrituras un poco más a fondo, comprendemos por qué deberíamos ser agradecidos y también cómo tener gratitud en diferentes circunstancias.

Salmos 136:1 dice: “Den gracias al Señor porque Él es bueno, porque para siempre es Su misericordia”. Aquí tenemos dos motivos para estar agradecidos: la permanente bondad de Dios y Su constante amor.

La gratitud es una característica que todos deberíamos tener

Cuando reconocemos la naturaleza de nuestra depravación y entendemos que, aparte de Dios, sólo existe la muerte (Juan 10:10; Romanos 7:5), nuestra respuesta natural es estar agradecidos por la vida que Él nos da.

En el capítulo 30 de Salmos, el rey David da gloria a Dios por su liberación. David escribió: “Te exaltaré, Señor, porque me rescataste; no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí. Oh Señor, Dios mío, a Ti pedí auxilio y me sanaste” (vv.1-2).

David da gracias a Dios después de una circunstancia difícil. Este salmo de acción de gracias no sólo alaba a Dios en el momento, sino que recuerda la fidelidad pasada de Dios. Es una declaración del carácter tan maravilloso de Dios, que la alabanza es la única respuesta adecuada.

También tenemos ejemplos de ser agradecidos en medio de circunstancias difíciles. El Salmo 28, por ejemplo, describe la angustia de David. Es un clamor a Dios pidiendo misericordia, protección y justicia. Después que David clama a Dios, escribe:

Bendito sea el Señor, porque ha oído la voz de mis súplicas. El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
─ Salmos 28:6-7

En medio de las dificultades, David se acuerda de quién es Dios, y como resultado de conocer y confiar en Dios, da gracias. Job tuvo una actitud similar de alabanza, incluso frente a la muerte: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor” (Job 1:21).

También hay ejemplos de gratitud en el Nuevo Testamento. Pablo estaba siendo perseguido y escribió: “Pero, ¡gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo! y dondequiera que vamos nos usa para hablar a otros y para esparcir el evangelio como perfume fragante” (2 Corintios 2:14).

El escritor de Hebreos dice: “Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino que no se puede alterar, seamos agradecidos. Y porque estamos agradecidos, adoremos a Dios como a Él le gusta, con honra y reverencia” (Hebreos 12:28).

Pedro nos dice que debemos estar agradecidos por “diversas pruebas”, diciendo que, a través de las dificultades, nuestra fe “sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo” (1 Pedro 1:6-7).

Tener gratitud profundiza nuestra fe

Los hijos de Dios son personas agradecidas, porque se dan cuenta de todo que el Señor les ha dado. De acuerdo a 2 Timoteo 3:2, una de las características de los últimos días es una falta de gratitud.

Deberíamos estar agradecidos porque Dios es digno de nuestra gratitud. Lo justo es darle gracias a Dios por “toda buena dádiva y todo don perfecto” que Él nos ha dado (Santiago 1:17).

Cuando estamos agradecidos, nuestro enfoque ya no está en nuestros deseos egoístas o en el dolor de las circunstancias actuales. Expresar la gratitud, nos ayuda a recordar que Dios está en control de todo.

Entonces, la gratitud no sólo es conveniente, sino que es saludable y beneficiosa para nosotros. Nos recuerda la visión más amplia de que pertenecemos a Dios, y que hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual (Efesios 1:3).

En verdad, tenemos una vida abundante (Juan 10:10), y la gratitud a Dios es apropiada. ¡Bendito sea Su nombre!



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La clave de la alegría del cristiano es su fuente, que es el Señor Jesucristo. Puesto que el Señor nunca nos deja ni nos abandona, podemos regocijarnos siempre.

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es sobre la bendición de estar agradecido con Dios.


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