No Hay Confusión Alguna en la Palabra de Dios
¿Cómo se relacionan la soberanía de Dios sobre todo el universo, y la responsabilidad del hombre con respecto a sus acciones? Esa es probablemente una de las preguntas más difíciles en la teología cristiana.
No creo que podamos llegar a una respuesta definitiva a esa pregunta tan grande mientras estemos en esta vida. El sistema de la verdad revelada en las Escrituras no es simplemente una línea recta, sino dos. Ningún hombre alcanzará una perspectiva correcta del Evangelio hasta que sepa cómo ver esas dos líneas simultáneamente.
Por ejemplo, yo leo en un libro de la Biblia, “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).
Sin embargo, otra parte del inspirado Libro me enseña que “no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9:16).
La importancia de estudiar la Palabra de Dios y obedecerla
Veo en un lugar a Dios presidiendo en misericordia sobre todas las cosas y sin embargo no puedo evitar ver que el hombre actúa como se le da la gana y que Dios ha dejado sus acciones, en gran medida, a su propio libre albedrío.
Ahora, si yo declarara que el hombre es tan libre de actuar que no hay control de Dios sobre sus acciones, yo me estaría acercando peligrosamente al ateísmo.
Pero, si por otro lado yo declarara que Dios gobierna de tal manera sobre todas las cosas que el hombre no es lo suficientemente libre para ser responsable, me estaría aproximando casi simultáneamente al antinomianismo o al fatalismo. Que Dios predestina y que sin embargo el hombre es responsable, son dos hechos que muy pocos pueden ver claramente.
Se cree que ambos términos son inconsistentes y contradictorios entre sí. Si luego yo encuentro que la Biblia enseña en una parte que todo ha sido ordenado previamente, eso es verdad.
La Palabra de Dios es verdadera y eterna
Si encuentro, en otra parte de la Escritura, que el hombre es responsable por todas sus acciones, eso también es verdad. Es únicamente mi insensatez la que me lleva a imaginar que estas dos verdades se pueden contradecir mutuamente alguna vez.
Yo no creo que esas doctrinas puedan ser ligadas alguna vez para hacerlas una sola sobre algún yunque terrenal; pero ciertamente serán una sola doctrina en la eternidad. Hay dos líneas que son casi tan paralelas que la mente humana que las sigue hasta el punto más lejano nunca descubrirá que convergen.
Pero ciertamente convergen y se encontrarán en un punto en la eternidad, cerca del trono de Dios, de donde surgen todas Sus verdades. Podemos estar seguros de una cosa; no hay confusión alguna en la Palabra de Dios. ALELUYA.
Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea apto, equipado para toda buena obra.
─ 2 Timoteo 3:15-17
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Uno de los propósitos principales de la vida cristiana, es permitir progresivamente que el Espíritu Santo produzca más y más de Su fruto en nuestra vida. Dios desea que nuestras vidas muestren el fruto del Espíritu y con la ayuda del Espíritu Santo, ¡esto es posible!
2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo es acerca de la absoluta confianza que podemos tener con la Palabra de Dios y las verdades que se encuentran en sus páginas.
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