Cómo Vivir Para la Gloria de Dios

Cómo Vivir Para la Gloria de Dios

Una de las mejores formas en que Dios se glorifica a Sí mismo es capacitándonos a nosotros, Su pueblo, para glorificarlo a través de nuestra conducta santa.

¿Cómo puede alguien glorificar a Dios? Ninguna pregunta es más práctica o más significativa. El propósito supremo en la vida de cualquier persona que haya nacido en este mundo es glorificar a Dios. De eso se trata la vida.

Glorificar a Dios es el resultado final de la vida cristiana. La madurez espiritual es simplemente concentrarse y enfocarse en la santidad de Dios para que todos los días lo alabemos por Su majestad y Su gloria.

Me gustaría sugerir algunas formas prácticas para que cada cristiano glorifique a Dios:

Confiesa tus pecados al Señor.
La confesión del pecado glorifica a Dios porque si disculpas tu pecado, te absuelves de la responsabilidad y terminas culpando a Dios por tu pecado. Adam ilustra esto.

Cuando Dios lo confrontó, ¿cuál fue la excusa de Adán? “La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Génesis 3:12). Adán prácticamente estaba diciendo: “Tu lo hiciste, Dios. Si no me hubieras dado esta mujer, nada de esto habría sucedido.”

Lo que Adán hizo fue culpar a Dios y así atribuirle la culpa. Pero Dios nunca tiene la culpa cuando pecamos. Dar a entender que el Señor es de alguna manera responsable de nuestros pecados difama Su santidad.

Glorificamos a Dios viviendo en santidad

Entonces, aquellas personas que tratan de absolverse de su responsabilidad de sus propios pecados, cometen un pecado grave contra la gloria de Dios. El Señor es santo y nosotros debemos ser santos (1 Pedro 1:16).

Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
─ 1 Juan 1:9

La palabra griega para “confesar” es homologeo, que significa “decir lo mismo.” Confesar significa estar de acuerdo con Dios en que nuestro pecado es nuestra culpa y que necesitamos arrepentirnos de ese pecado.

Dios es glorificado cuando nos arrepentimos de nuestro pecado. Lo bueno es que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos. Él es fiel y misericordioso para perdonarnos tan pronto como estemos de acuerdo con Él, y Su misericordia perdura para siempre (Salmos 136:26).

Dar fruto espiritual para Su gloria.
En Juan 15:8 Jesús les dijo a los discípulos: “En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto.” ¿Por qué? Porque entonces el mundo puede ver los resultados de una vida llena del Espíritu. Estamos aquí para mostrar el amor de Dios al mundo y difundir el evangelio de Cristo.

Para que anden como es digno del Señor a fin de agradarle en todo; de manera que produzcan fruto en toda buena obra y que crezcan en el conocimiento de Dios.
─ Colosenses 1:10

Agradar a Dios significa mucho más que simplemente hacer la voluntad de Dios. El profeta Jonás ilustra que es posible obedecer a Dios y sin embargo no agradarle. Nuestra obediencia en hacer la voluntad de Dios debe venir de un corazón que glorifica al Señor.

Alaba a Dios por Su bondad.
Salmos 50:23 dice: “El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra.” La alabanza honra a Dios y una forma de alabarlo es reconocer la bondad de Dios por todas las bendiciones que tienes.

En 2 Samuel 12:26-31, cuando Joab ganó la victoria contra Rabá y se apoderó de la corona del enemigo, envió a buscar a David para poder presentarle la corona. Esta es una buena ilustración de cómo debe actuar el cristiano hacia el Señor.

Por cualquier victoria espiritual en tu vida, no puedes quedarte con la corona por esa victoria. Se la das al Señor, quien ha obtenido la victoria para ti. Él es nuestro Rey eterno victorioso.

Estar contento con tu vida en Cristo.
Puede que estemos descontentos con nosotros mismos y con nuestras circunstancias, pero ¿quién nos creó? Dios. Debemos recordar: Él promete estar siempre con nosotros y suplir todas nuestras necesidades.

Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
─ Filipenses 4:19

Cuando estamos contentos, reconocemos la soberanía de Dios en nuestras vidas y eso le da gloria. Si estamos descontentos, es lo mismo que cuestionar la sabiduría de Dios. Eso no lo glorifica.

Dios se glorifica a Sí mismo en cada circunstancia

Pablo escribió: “He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11). Podemos estar seguros de que Dios usará TODAS nuestras circunstancias para glorificarse a Sí mismo; tanto en la pobreza como en la abundancia, tanto en el confort como en el dolor.

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.
─ Romanos 8:28

Pablo no dijo: “Le daré gloria a Dios a pesar de mi dolor.” Él dijo: “Le daré gloria a Dios por mi dolor.” Un cristiano que está descontento por cualquier motivo es un terrible testimonio de la bondad de Dios.

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¿Qué tipo de Dios tenemos? ¿Es Dios realmente soberano? ¿Podemos realmente confiar en Él? Glorificar a Dios significa que podemos alabarlo con gozo absoluto, sabiendo que nuestra circunstancia actual es el mejor plan de Dios para nosotros en este momento.

Orar de acuerdo con la voluntad de Dios.
El Señor Jesús dijo: “Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13).

El nombre de Jesús significa todo lo que Él es y todo lo que Él quiere ser para nosotros. Orar en Su nombre significa orar de acuerdo con Su carácter y Su voluntad. Dios se deleita en revelar Su gloria al responder a nuestras oraciones.

Es por eso que Él nos manda a orar (1 Tes. 5:17); para que Él pueda mostrarnos Su grandeza y podamos darle la alabanza que Él es digno de recibir.

Proclamar la Palabra de Dios.
Pablo escribió: “Hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con ustedes” (2 Tes. 3:1).

¿Cómo fue glorificada la Palabra a través de esos creyentes? Porque la oyeron y creyeron. Confiaron en Jesucristo y nacieron de nuevo, y Dios recibió la gloria. Presentar la Palabra con claridad y precisión siempre le da gloria a Dios.

Cada vez que un maestro de escuela dominical enseña a un grupo de niños, cada vez que un líder de estudio bíblico en casa enseña la Biblia, cada vez que un padre se reúne con su familia y comienza a hablar acerca de la Palabra de Dios, Dios es glorificado.

Honramos a Dios al hacer que Su Palabra sea conocida y entendida

Si confiamos en la capacidad del evangelio para transformar vidas, podemos proclamar con valentía las buenas nuevas del evangelio a aquellos que no conocen a Jesús como Salvador con la esperanza de que algunos sean salvos.

Guiar a otros a Cristo.
Dios también recibe gloria cuando las personas son redimidas a través del mensaje del evangelio de Cristo. Dios es glorificado cuando el dominio completo de Satanás sobre las personas se derrumba y las personas se liberan del poder del pecado y la muerte.

Porque todo esto es por amor a ustedes, para que la gracia que se está extendiendo por medio de muchos, haga que las acciones de gracias abunden para la gloria de Dios.
─ 2 Corintios 4:15

Hay una actividad que las Escrituras asocian mucho más que cualquier otra con glorificar a Dios, y es la adoración. En el fondo, la adoración atribuye toda la gloria sólo a Dios.

Glorificamos a Dios con nuestra adoración

Podemos glorificar a Dios de muchas maneras, pero las Escrituras indican que nada de lo que hacemos deleita más a Dios que invocar Su nombre con corazones sinceros y declarar que toda la gloria le pertenece.

Cuando vivimos para glorificar a Dios, Él responde dándonos Su gozo celestial. “Bueno”, dices, “tengo una vida difícil. Simplemente no tengo ninguna alegría.” ¿Te puedo sugerir una respuesta? Empiece a glorificar a Dios en tu vida diaria.

El gozo no siempre quita nuestras penas, desánimos, dolores y fracasos, pero los cristianos que confían continuamente en Jesús pueden experimentar un gozo sobrenatural, incluso en medio de esas cosas.

De hecho, el pecado es, en última instancia, lo único que puede quitarle el gozo a un cristiano. Cuando tu gozo comienza a desvanecerse, es una señal segura de que el pecado o la incredulidad se están apoderando de tu vida. ¿Qué puedes hacer en tiempos así? Ponte de rodillas y confiesa tu pecado al Señor.

Necesitamos orar como lo hizo David: “Restitúyeme el gozo de Tu salvación” (Salmos 51:12). A medida que nos rendimos al Espíritu Santo y permanecemos en Cristo, el gozo de Dios vuelve a llenar nuestros corazones.

Jesús desea que Su alegría permanezca en nosotros (Juan 15:11). El gozo del Señor que conocemos en parte ahora es lo que conoceremos perfectamente en el cielo. Quizás la mayor promesa en toda la Biblia es saber que siempre estaremos con el Señor Jesús. ¡Eso es alegría! Gloria a Dios.

Luego, los que estemos vivos en ese momento seremos llevados junto con ellos en las nubes, para reunirnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.
─ 1 Tesalonicenses 4:17

La conclusión final es la siguiente: Debemos temer a Dios y obedecer sus mandamientos, porque ese es el deber que tenemos todos. Es para Su gloria que existimos (Eclesiastés 12:13). AMÉN.



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¿Cómo puedes saber si te estás alejando de Dios? ¿Cuáles son algunas señales o síntomas de que te estás alejado del Señor? A cualquiera de nosotros nos puede pasar. Si te sientes lejos del Señor, este video te dará pasos prácticos para ayudarte a volver a la comunión con Dios.

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es acerca de aprender de las Escrituras cómo podemos vivir nuestras vidas para glorificar a Dios.


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