Jesucristo es Digno de Su Gloria
El Cordero que murió para salvarnos es el Pastor que vive para guiarnos.
Juan, el gran apóstol y el que Jesús amaba, fue reducido a lágrimas. En una visión que recibió mientras estaba encarcelado (Ap. 5:1-12) se encontró en la sala del trono de Dios a medida que se desarrollaban acontecimientos futuros.
En el cielo, Juan vio que Dios sostenía un pergamino sellado. Juan lloró porque al observar las glorias de la presencia de Dios, no vio a nadie con el poder de revelar la revelación final de Dios y completar el capítulo final de la historia.
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido.
─ Apocalipsis 5:3,4
Como apóstol, Juan había observado el poder del pecado en el mundo. Había sido testigo de la vida y muerte de Jesús en la tierra para vencer el pecado. Juan incluso había visto al Señor ascender al cielo.
Jesús es el Cordero que es digno de recibir gloria y alabanza
Pero ahora tenía miedo cuando vio que nadie era digno de abrir el pergamino y vencer el pecado para siempre. Imagina la escena de lo que sucedió después. Un anciano se acercó a Juan y le dijo: "No llores", y lo señaló hacia Alguien que conocía.
Entonces uno de los ancianos me dijo: "No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos."
─ Apocalipsis 5:5
Juan miró y vio a Jesús, el único con el poder de tomar el pergamino, abrir los sellos y completar la misión. Pronto las lágrimas de Juan se secaron y millones de ángeles proclamaron lo siguiente: "¡Digno es el Cordero!"
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares, que decían a gran voz: "El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza."
─ Apocalipsis 5:11,12
He aquí el amigo de Juan, Jesús. Él es digno de todo nuestro amor y más alta alabanza. Murió para quitar nuestro pecado y vergüenza. Bendice el santo nombre de nuestro Salvador, AMÉN.
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El significado del Salmo 91 va más allá del lenguaje literal, porque en realidad quien se refugia en Dios y confía en Él, recibe la protección del Todopoderoso, a través de una relación cercana y confiable con el Señor.
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