¿Cuáles Son las Profecías en el Antiguo Testamento Acerca de Jesucristo?

¿Cuáles Son las Profecías en el Antiguo Testamento Acerca de Jesucristo?

Dios sabía, desde la fundación del mundo, que Su Hijo tendría que venir a la tierra (1 Pedro 1:20), y predijo los acontecimientos de Su nacimiento, vida y muerte, de manera que tuviéramos pruebas seguras en las cuales basar nuestra fe.

Hay muchas profecías en el Antiguo Testamento acerca de Jesucristo. Es muy importante que todos los creyentes en Cristo tengan cierto conocimiento de las profecías bíblicas acerca del Señor Jesús, y también las referencias bíblicas que muestran su cumplimiento.

Algunos intérpretes dicen que hay cientos de profecías mesiánicas en la Biblia. Las siguientes son algunas de las profecías acerca de Jesús, con los versículos del Nuevo Testamento que se refieren a su cumplimiento.

La profecía del nacimiento de Jesús: “Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y Le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros)” (Isaías 7:14; Lucas 1:26-38).

“Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti Me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2; Lucas 2:1-7).

La profecía de que Jesús vendría del linaje de David: “Yo he hecho un pacto con Mi escogido, he jurado a David Mi siervo: Estableceré tu descendencia para siempre, y edificaré tu trono por todas las generaciones” (Salmos 89:3-4; Romanos 1:3).

La profecía que Jesús estaría en Egipto cuando era un niño: “Cuando Israel era niño, Yo lo amé, y de Egipto llamé a Mi hijo” (Oseas 11:1; Mateo 2:13-15).

La profecía de que Jesús hablaría en parábolas: “Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca. En parábolas abriré mi boca; hablaré enigmas de la antigüedad, que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado” (Salmos 78:1-3; Mateo 13:34-35).

La profecía de que Jesús sería rechazado por Sus propios hermanos: “Me he convertido en extraño para mis hermanos, y en extranjero para los hijos de mi madre” (Salmos 69:8; Juan 7:5).

La profecía de que Jesús sería recibido con alegría en Jerusalén: “¡Regocíjate sobremanera, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna” (Zacarías 9:9; Mateo 21:8-10).

La profecía de Jesús calmando un mar tempestuoso: “En su angustia clamaron al Señor y Él los sacó de sus aflicciones. Cambió la tempestad en suave brisa y las olas del mar se calmaron.” (Salmos 107:28-29; Mateo 8:24-26).

La profecía de que Jesús sería enviado a sanar a los quebrantados de corazón: “El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón...” (Isaías 61:1a; Lucas 4:16-21).

La profecía de que Jesús iba a sanar a los ciegos, los sordos, y los cojos: “Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un ciervo...” (Isaías 35:5-6a; Mateo 11:2-6).

La profecía de que Jesús sería rechazado por el pueblo judío: “Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no Lo estimamos” (Isaías 53:3; Juan 1:11).

La profecía de que Él iba ser traicionado por un amigo (Judas Iscariote): “Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, contra mí ha levantado su talón” (Salmos 41:9; Lucas 22:47).

La profecía que Él estaría en silencio ante Sus acusadores: “Fue oprimido y afligido, pero no abrió Su boca. Como cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, Él no abrió Su boca” (Isaías 53:7; Marcos 15:4-5).

La profecía de que Él iba ser burlado: “Todos los que me ven, de mí se burlan; hacen muecas con los labios, menean la cabeza, diciendo: 'Que se encomiende al Señor; que Él lo libre; que Él lo rescate, puesto que en Él se deleita'” (Salmos 22:7-8; Lucas 23:35).

La profecía de que Sus discípulos huirían: “Hiere al Pastor y se dispersarán las ovejas” (Zacarías 13:7; Mateo 26:56).

La profecía de que Jesús sería crucificado: “Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malhechores; Me horadaron las manos y los pies” (Salmos 22:16; Lucas 24:38-40).

La profecía de que la tierra se haría oscura durante la crucifixión de Cristo: “Y sucederá que en aquel día,” declara el Señor Dios, 'Yo haré que el sol se ponga al mediodía y que la tierra en pleno día se oscurezca'” (Amós 8:9; Luke 23:44-46).

La profecía de Su resurrección: “Porque Tú no abandonarás mi alma en el Seol, ni permitirás que Tu Santo sufra corrupción” (Salmos 16:10; Marcos 16:6-7).

La profecía de Su ascensión: Seguí mirando en las visiones nocturnas, y en las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante El. Y Le fue dado dominio, gloria y reino (soberanía), para que todos los pueblos, naciones y lenguas Le sirvieran...” (Daniel 7:13.14a; Hechos 1:9-11).

Con el cumplimiento de todas estas profecías, podemos estar seguros de que lo que Dios dice se convierte en realidad. Sólo la venida gloriosa y triunfante de Cristo puede cumplir la esperanza de los santos; cada verdadero creyente espera ansiosamente a ese día.

En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida.
─ 2 Timoteo 4:8

La Biblia no es vaga ni ambigua acerca de la promesa del retorno de Cristo. Una gran porción de la Escritura es profética, y tal vez una tercera parte o más de los pasajes proféticos se refieren a la segunda venida de Cristo o a eventos relacionados a ella.

Y a pesar de lo que digan algunos, Jesús regresará (2 Pedro 3:3-10). Debemos ser inspirados a vivir una vida de santidad mientras sometemos nuestros corazones a Cristo, cuyo regreso esperamos con gran alegría.




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¿Qué es la santidad según la biblia y por qué es importante? La única forma de ser santo es imitar a nuestro Señor Jesucristo. En este video aprenderás a través de las Escrituras los pasos necesarios para vivir en obediencia y santidad para la gloria de Dios, y los beneficios espirituales que eso conlleva. ¿Vives en santidad?

2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.

El tema de este artículo es sobre las profecías del Antiguo Testamento sobre el Señor Jesucristo con los versículos citados que se relacionan con Él.


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