La Vida Cristiana es Como una Carrera

La Vida Cristiana es Como una Carrera

El escritor del libro de Hebreos describe nuestra vida cristiana como una carrera. Es una carrera que requiere concentración y fe.

El apóstol Pablo también usó la analogía de un corredor en una carrera muchas veces en sus escritos. Cada uno de estos casos nos recuerda un aspecto diferente de la carrera de la vida.

Hay un punto de partida para todos los corredores: depositar su fe en Jesucristo como Señor y Salvador. Y hay un destino específico: la eternidad con Jesucristo. Hay un comienzo y hay un final, pero ¿qué pasa entre los dos?

El sufrimiento es parte de la carrera

El autor de Hebreos nos llama a correr la carrera con perseverancia. Pero cada uno de nosotros debe seguir un curso específico: “La carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1).

Si bien la enfermedad, la pérdida y el dolor son comunes en nuestro mundo caído, la experiencia específica de cada creyente con el sufrimiento es única. Algunas “carreras” incluyen devastación desgarradora, y otras, dolor y tristeza inexplicables.

Los desafíos que enfrentamos varían en profundidad y duración; sin embargo, el mandato es el mismo para cada creyente: correr la carrera establecida antes de “ti”. Entonces, ¿cómo vamos a correr la carrera cuando el sufrimiento es parte del camino? El capítulo 12 de Hebreos nos da tres instrucciones prácticas sobre cómo hacerlo.

Corre con perseverancia

Cuando “corremos con perseverancia” (Hebreos 12:1) un curso que incluye sufrimiento, es realmente un maratón, no una carrera corta. La carrera es larga y dura, y nos cansaremos y nos desanimaremos. Para tener perseverancia requiere que llenemos nuestra mente con las verdades de la Palabra de Dios.

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
─ Hebreos 12:1

Podemos soportar las dificultades al meditar y obedecer, día tras día, las verdades que se encuentran en las Escrituras. Tales como: El Señor va delante de mí (Deuteronomio 31:8), el Señor está conmigo (Isaías 41:10) y el Señor es bueno (Nahúm 1:7).

Despojémonos de todo peso

Perseverar una carrera de larga distancia requiere concentración, y cargar peso extra es poco útil. Aunque las circunstancias difíciles pueden no ser nuestra culpa, una respuesta pecaminosa a ellas solo empeora las cosas.

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Humillarnos a nosotros mismos y “echando todas nuestras ansiedades sobre Él” (1 Pedro 5:7) nos ayuda a correr la carrera con un enfoque espiritual mientras “dejamos a un lado lo que nos estorba y del pecado que tan fácilmente nos envuelve” (Hebreos 12:1).

Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes.
─ 1 Pedro 5:6-7

Mientras sufrimos, tenemos la opción de dónde enfocar nuestra atención. Puesto que Jesús es “el fundador y consumador de nuestra fe”, Él puede darnos una nueva perspectiva para la carrera que Él ha puesto ante cada uno de nosotros.

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
─ Hebreos 12:2

No me malinterpretes: no podemos ignorar nuestro sufrimiento. Pero así como Cristo soportó la cruz “por el gozo puesto delante de Él”, mientras redimió a multitudes de pecadores de acuerdo con el plan de Su Padre, Dios tiene un propósito determinado para cualquier sufrimiento en nuestras vidas.

No me malinterpretes: no podemos ignorar nuestro sufrimiento. Pero así como Cristo soportó la cruz “por el gozo puesto delante de Él”, al redimir a multitudes de pecadores según el plan de Su Padre, Dios tiene un propósito para el curso de nuestras vidas.

Cuanto menos nos enfocamos en nuestras circunstancias desafiantes y, en cambio, miramos el ejemplo de Jesús, más desarrollamos una perspectiva piadosa. Dios puede usar nuestro sufrimiento como un medio para entrenarnos para correr con mayor confianza en Cristo.

Necesitamos el poder de Dios para correr nuestra carrera espiritual

Cuando Dios nos llama a seguir un curso inesperado, necesitaremos un aumento de Su poder en nuestra vida y una disminución de nosotros mismos. “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30).

Necesitaremos más de Jesús para ayudarnos a dejar a un lado el peso del miedo, la comparación y la autocompasión. Necesitaremos más de Jesús para que podamos saber más acerca de Sus verdades en medio de nuestro sufrimiento. Necesitamos la perspectiva eterna de Dios. Habrá obstáculos, pero Jesús nos ayudará a perseverar.

Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad?
─ Gálatas 5:7

Lo mejor que podemos hacer como creyentes es seguir avanzando en nuestra fe y no dejar que nuestro pasado o incluso los planes de Satanás nos hagan tropezar. Amén.



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En el sentido espiritual, todos somos esclavos. O somos esclavos del pecado, que es nuestro estado natural, o somos esclavos de Cristo. Para ti, ¿quién gobierna tu corazón?


El tema de este artículo es sobre la importancia de que un creyente en Cristo persevere en vivir para Dios.


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