Lo que Realmente Importa
A la luz de la eternidad, lo que crees es mucho más importante que lo que logras.
Hace varios años, un amigo mío visitó una exposición donde se exhibían restos del famoso y lamentable viaje del Titanic. A los asistentes, se les daba una réplica de un billete con el nombre real de un pasajero o de un tripulante que, décadas antes, se había embarcado en el viaje de su vida.
Después de que el grupo recorrió la muestra, donde vieron piezas de vajilla de plata y otros artefactos, la visita terminó con un giro inolvidable.
En una pizarra grande, aparecían los nombres de todos los pasajeros, junto a la categoría en que viajaban: primera clase, segunda clase, tripulación. Cuando mi amigo buscó el nombre de la persona del boleto que él tenía, observó una raya a lo largo de la pizarra, que dividía los nombres. Encima de la línea se mencionaba a aquellos que se habían “salvado” y debajo, los “perdidos”.
La pregunta es, ¿estéis salvo o perdido?
El paralelo con nuestra vida en esta tierra es profundo. En realidad, no importa para nada la categoría a la que perteneces en este mundo. Lo único que importa, en definitiva, es si has sido “salvado” o si estás “perdido”.
Jesús dijo: “Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma?” (Mateo 16:26).
No es lo que logramos lo que agrada a Dios, porque no importa si obtenemos riqueza o fama; Lo único de lo que debemos estar seguros es lo siguiente: “¿Hemos puesto nuestra confianza en el nombre de Jesús?”
Quizás ya has confiado en Cristo como vuestro Salvador. ¿Y vuestros parientes o vecinos, han confiado ellos en Cristo? En vez de catalogarlos por cuestiones externas, háblales de su destino final.
Sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia.
─ 1 Pedro 3:15
Si permanecemos en el camino de Cristo, descubriremos que la puerta angosta lleva al encuentro de plenitud de gozo y deleites para siempre, cosas que solamente Dios puede prometer.
2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo es acerca de lo que realmente nos importa a cada uno de nosotros: nuestra relación con Dios.
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