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Esperando A Dios
Nuestra cultura es una sociedad “instantánea.” Debido a inventos como la computadora y la microonda, estamos acostumbrados a resultados rápidos.
Un ritmo rápido no es necesariamente malo, pero debemos guardarnos de esa forma de cumplimiento inmediato; más bien debemos pedirle a Dios que nos dé más paciencia.
Este problema existía mucho antes de la era de las computadoras. Dios reveló a Abraham que aunque él y su esposa Sara eran demasiado mayores para tener hijos, una gran nación saldría de él. “Pero la palabra del Señor vino a él, diciendo: 'Tu heredero no será éste, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero.' El Señor lo llevó fuera y le dijo: 'Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas.' Y añadió: 'Así será tu descendencia'” (Génesis 15:4,5).
Abraham creyó a Dios, pero pronto decidió manejar los asuntos a sí mismo. Él tomó a Agar, criada de Sara, como su esposa para que ella pudiera tener el hijo prometido. Abraham probablemente racionalizó su decisión, pensando que el Señor quería que él tuviera un hijo. ¡Puesto que parecía imposible de otra manera, seguramente esto debe ser lo que Dios quería que hiciera! Pero no era. Abraham tuvo que enfrentar las consecuencias de sus acciones, incluyendo los celos y el resentimiento entre Sara y Agar. Estos problemas por su parte crearon nuevas dificultades, tanto en el corto plazo y a lo largo de la historia.
Sin embargo, el Señor fue fiel. Catorce años más tarde, Sara dio a luz a Isaac. Pero, las consecuencias de la decisión de Abraham de no esperar el plan de Dios todavía están con nosotros. Los dos muchachos crecieron para convertirse en los padres de las naciones que están en conflicto hasta este mismo día.
Al igual que Abraham, podemos creer en las promesas de Dios, pero a veces preferimos resultados inmediatos. O simplemente puede que queramos hacer las cosas a nuestra manera. En lugar de ello, pídele al Señor que te guíe, luego espere por Él. Su manera de hacer las cosas siempre es mejor.
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor. ─ Salmo 27:14
¿Está esperando por Dios? Él actúa a nuestro favor cuando esperamos por Él. Mientras usted espera en Dios, Él le bendice. “Por tanto, el Señor desea tener piedad de ustedes, y por eso se levantará para tener compasión de ustedes. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan.” (Isaías 30:18)
¿Qué significa ser bendecido por Dios mientras esperamos en Él? Mientras esperamos en Dios y en Su tiempo, podemos lograr mucho en nuestros corazones. A menudo, encontramos un nuevo propósito en la vida, recibimos respuestas a oraciones, podemos ver la mano de Dios obrando, aumentamos nuestra fe, y muy a menudo, vemos el plan perfecto de Dios realizado en nuestra situación. ¡Recuerde, esperar a Dios no es una pérdida de tiempo!
Por lo tanto, espere con paciencia al Señor. Siga orando. Fielmente espérele, a pesar de las circunstancias y los períodos largos de tiempo entre las peticiones y las respuestas. Espere a Dios...
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