Envejeciendo Pero Mejorando

No importa cuánto nos esforcemos, ninguno de nosotros puede detener el proceso de envejecimiento que atravesamos. Podemos hacer ejercicio y comer bien pero todavía envejecemos. Esa verdad innegable se encuentra en 2 Corintios 4:16: “Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día.”

Al mismo tiempo que nuestros cuerpos se están desgastando, podemos disfrutar de una vitalidad juvenil en nuestra vida espiritual. A través de la constante renovación de nuestro espíritu, crecemos más y más preparados para estar con Dios.

La edad espiritual no tiene el mismo efecto que la edad fisica. A medida que envejecemos, en vez de aminorar nuestro ritmo mientras caminamos con Dios, debemos estar disfrutando de un paso más animado. Cuanto más tiempo de compañerismo tenemos con Él, nosotros deberíamos estar mejorando así podríamos ser fructíferos para Su reino.

Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. ─ Isaías 40:31

Cuanto más vivimos, más oportunidad que Dios nos da para participar en Su obra. Como pasa el tiempo, Dios nos da la sabiduría para vivir para Él. “Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” (Salmo 90:12) Cuando aspiramos a ser como Cristo, nos volvemos más preciosos para Él. 

Porque sabemos que si la tienda terrenal que es nuestra morada, es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos. ─ 2 Corintios 5:1