Viniendo A Cristo                                  

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A menudo los cristianos hablan de la salvación como "viniendo a Cristo." ¿Qué significa eso?

Esa es una descripción bíblica exacta, pues Jesús mismo dijo: "Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar." (Mateo 11:28); "...Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed." (Juan 6:35b); "...Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: 'Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba.'" (Juan 7:37b) Estas son metáforas para la salvación.

Venir a Cristo inicia todos sus privilegios espirituales. "Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto pertenece a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia." (2 Pedro 1:3) Pablo dijo: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo." (Efesios 1:3)

El Señor está cerca de todos los que Lo invocan, de todos los que Lo invocan en verdad. ─ Salmo 145:18

"Y viniendo a Él, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios." (1 Pedro 2:4) La palabra griega que se traduce "viniendo" en este versículo transmite más de lo inicialmente volverse a Cristo para la salvación. Implica permaneciendo con Él. En la traducción griega del antiguo testamento fue utilizada para los que se acercaban a Dios para la adoración continua. También fue utilizado de prosélitos gentiles — aquellos que decidieron identificarse con el pueblo de Dios.

Cuando viniste a Cristo, se estableció una relación permanente de comunión personal íntima. Antes de eso, eras rebelde hacia Dios, sin esperanza, y alejado de las promesas de Dios. Ahora has nacido de nuevo para una esperanza viva, permaneces en Él y en Su Palabra, y tienes maravillosos privilegios espirituales.

Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios Lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. ─ Romanos 10:9

De hecho, usted es una persona privilegiada, pero el mayor de esos privilegios es su relación personal con Cristo mismo. "Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura." (Hebreos 10:22) Siga acercándose a Él hoy a través de la oración y la adoración y la lectura de Su Palabra.

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