Balaam y El Asna Que Habló                       

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Por Fe Andamos

El amor por Dios es manifestado en la obediencia a Él. Si verdaderamente amamos a Dios, nuestra vida será vivida para Su gloria.

Balaam era un adivino pagano que vivía en Mesopotamia. Se creía que él tenía la capacidad de bendecir o maldecir a la gente. Fue identificado como un falso profeta por Pedro y Judas (2 Pedro 2:15-16; Judas 1:11). Él no conocía al Dios de Israel; él sabía acerca de Él.

Balaam fue convocado por el rey Balac de Moab para maldecir a los israelitas ya que Moisés los estaba guiando hacia Canaán. Balac le prometió a Balaam que le pagaría generosamente si él maldijera los hebreos, a quienes temía.

El Señor le habló a Balaam en un sueño y le dijo que no fuera a Balac, aunque el Señor cedió bajo la condición que Balaam hablaría solamente Sus palabras. ¡A veces, Dios castiga a los pecadores, dándoles lo que realmente quieren!

Por eso los entregué a la dureza de su corazón, para que anduvieran en sus propias intrigas. ─ Salmo 81:12

Cuando amaneció, Balaam fue con los mensajeros de Balac. Dios estaba muy enojado con Balaam, y había decidido matar a Balaam por su desobediencia usando un ángel para llevar a cabo la sentencia de muerte.

Al principio el ángel sólo es visto por el asna que Balaam monta. El ángel de Dios estaba en su camino, blandiendo una espada. El asna dio la vuelta, recibiendo una paliza de Balaam. La segunda vez que el asna vio al ángel, se apretó contra la pared, aplastando el pie de Balaam. Otra vez golpeó el asna. La tercera vez que el asna vio al ángel, se echó debajo de Balaam, y él la golpeó severamente con su palo.

"Entonces el Señor abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: '¿Qué te he hecho yo que me has golpeado estas tres veces?'" (Números 22:28) Balaam discutió con el asna. "Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam, y él vio al ángel del Señor de pie en el camino, con la espada desenvainada en su mano..." (Números 22:31a) El ángel regañó a Balaam, y le ordenó que fuera a Balac y hablar sólo lo que Dios le había dicho.

El rey ordenó a Balaam para que maldijera a los israelitas, pero en cambio Balaam repitió la bendición de Dios a los hebreos. Balac envió Balaam a casa, enojado que había bendecido a los hebreos en lugar de maldecirlos.

Balaam era un hombre malvado, influenciado por el dinero en lugar de amor por Dios. En su corazón él se rebelaba contra Dios. ¿Cuando yo obedezco a Dios lo estoy haciendo de mala gana o por amor a Él?

¡Cuán bienaventurados son los que guardan Sus testimonios, y con todo el corazón Lo buscan! ─ Salmo 119:2

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