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El Engaño de La Sabiduría Humana
Debido a la teoría de la evolución, ahora el naturalismo es la religión dominante de la sociedad moderna.
Hace menos de un siglo y medio, Carlos Darwin popularizó el credo para esta religión secular con su libro “El origen de las especies”. Aunque muchas de las teorías de Darwin sobre los mecanismos de la evolución fueron descartadas ya hace mucho tiempo, la doctrina de la evolución ha logrado mantener el estatus de un artículo fundamental de fe en la mente moderna popular. El naturalismo ha reemplazado al cristianismo como la religión principal del mundo occidental; y la evolución se ha convertido en el dogma principal del naturalismo.
El naturalismo es la perspectiva que toda ley y cada fuerza que opera en el universo es natural en vez de moral, espiritual o sobrenatural. El naturalismo es inherentemente anti-teístico, rechazando el concepto mismo de un Dios personal. Muchos asumen que el naturalismo entonces no tiene nada que ver con la religión. De hecho, un concepto erróneo común es que el naturalismo encarna la esencia misma de la objetividad científica. A los mismos naturalistas les gusta describir su sistema como una filosofía que está en oposición a todas las perspectivas terrenales basadas en la fe, fingiendo que es científica e intelectualmente superior, precisamente por su supuesto carácter no religioso.
“Tu morada está en medio del engaño; por causa del engaño rehúsan conocerme,” declara el Señor. ─ Jeremías 9:6
La religión es exactamente la palabra correcta para describir el naturalismo. Toda la filosofía está construida sobre una premisa basada en la fe. Su presuposición básica, un rechazo a priori de todo lo sobrenatural, requiere un gran salto de fe. Y casi todas sus otras teorías deben ser también aceptadas por fe.
Considere el dogma de la evolución, por ejemplo. La noción de que los procesos naturales evolutivos puedan dar cuenta del origen de toda especie viviente nunca ha sido ni será establecida como un hecho. Ni es “científica” en cualquier forma de la palabra. La ciencia trata con lo que puede ser observado y reproducido por la experimentación. El origen de la vida, no puede ni debe ser observado ni reproducido en un laboratorio. Por definición, entonces, la verdadera ciencia no nos puede dar conocimiento alguno sobre de dónde venimos o cómo llegamos a ser. Creer en la teoría de la evolución es una cuestión de fe. Una creencia dogmática en cualquier teoría naturalista no es más “científica” que cualquier otra clase de fe religiosa.
Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo. ─ Colosenses 2:8
Michael Ruse es un evolucionista quien testificó en los años 80 en el juicio infame del creacionismo en Arkansas (Mclean vs. Arkansas). Durante el juicio, clamó que el creacionismo es una religión porque se basa en suposiciones filosóficas que no han sido probadas. Y dijo: “pero el darwinismo es una ciencia, porque no requiere presuposiciones filosóficas ni religiosas. Desde entonces, Ruse ha admitido que estuvo equivocado; y ahora reconoce que la evolución “está basada en la metafísica” - arraigada en creencias no probadas que no son más “científicas” que cualquier otra creencia en la cual está basada el creacionismo.
Un hábito es una práctica regular, que a menudo es difícil de abandonar. Los hábitos pueden ser buenos, o pueden ser malos, como tendencias insalubres que nos hacen sentir atrapados. Los malos hábitos pueden ser muy frustrantes.
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