Jesús Nos Hace Libres
Cristo nos ha liberado. La libertad del pecado es un regalo que Jesús nos ha dado, y lo recibimos por fe.
Como cristianos hemos sido liberados del poder del pecado y un día seremos liberados de su presencia.
¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.
─ Romanos 7:24-25
Fue su odio al pecado que causó a Pablo a escribir estos versículos. Una señal segura de la santificación es un odio y aborrecimiento del pecado.
El apóstol Pablo expresó su frustración al experimentar sus batallas espirituales. David expresó esa misma frustración.
¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro? ¿Hasta cuándo he de tomar consejo en mi alma, teniendo pesar en mi corazón todo el día? ¿Hasta cuándo mi enemigo se enaltecerá sobre mí?
─ Salmos 13:1-2
Cuando Pablo exclamó: "¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?" se refería a su cuerpo físico que estaba sujeto al pecado y la muerte.
Jesucristo nos da una esperanza triunfante que nos libera de la esclavitud del pecado
El verbo traducido "me libertará" fue utilizado para hablar de un soldado que rescata a un compañero herido en medio de la batalla. Pablo anhelaba ser rescatado de su carne de pecado.
Pero la historia no termina allí, con Pablo frustrado y desesperado. Estaba seguro de su triunfo final sobre el pecado. "Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro."
Los creyentes un día recibirán sus cuerpos glorificados y entrarán en la presencia de Cristo, nunca a luchar con el pecado otra vez.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
─ 1 Corintios 15:52-53
Pablo profundiza en la gloriosa verdad que tenemos con respecto a nuestra esperanza triunfante que se basa en Jesucristo.
...nosotros somos ciudadanos del cielo y de allí esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso. Esto lo hará por medio del poder con el que domina todas las cosas.
─ Filipenses 3:20-21
Debido a que Jesús ha pagado por todos nuestros pecados, podemos estar seguros de que, como creyentes, somos verdaderamente libres de la condenación de Dios.
No hay condenación para los que creen en Jesucristo
No olvidemos que si tratamos de seguir haciendo nuestra propia voluntad, en realidad continuamos viviendo en la esclavitud del mundo y bajo la autoridad del enemigo.
Por el contrario, si nos rendimos a Cristo alcanzaremos el más grande beneficio para nuestra alma: la salvación. La libertad que trae Jesucristo a nuestra vida es completa, pues la libertad que Él nos ofrece abarca todos los ámbitos de nuestra vida: nuestra familia, nuestro trabajo, nuestros familiares y nuestra salud.
Quienes vivimos en la libertad de Cristo, reflejamos nuestras convicciones y nuestra fe en todas las áreas de nuestra vida, bendiciendo a quienes nos rodean.
Tenemos la libertad verdadera sólo si conocemos a Cristo como Señor y Salvador. Permítanos someternos a Cristo y a Su Palabra. "Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres" (Juan 8:36).
Somos liberados de la esclavitud del pecado por la obediencia a las palabras de Jesús y siendo Su discípulo.
...no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu
─ Romanos 8:1
Todos enfrentamos tormentas en la vida, momentos de sufrimiento, dolor o pérdida. Sólo en la Palabra de Dios podemos encontrar respuestas en tiempos difíciles.
2 Corintios 5:7 ─ Porque por fe andamos, no por vista.
El tema de este artículo es acerca de la libertad que obtenemos cuando creemos en Jesucristo como Señor y Salvador.
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