La Intercesión del Espíritu Santo                  El Apóstol Pablo nos da razones para ser alentados a pesar de nuestras debilidades y nuestra lucha con la carne. Text shadows

La Intercesión del Espíritu Santo

Por Fe Andamos

El Apóstol Pablo nos da razones para ser alentados a pesar de nuestras debilidades y nuestra lucha con la carne.

El aliento que da en Romanos 8:18-25 tiene que ver con la certeza de nuestra esperanza de que vamos a ser glorificados. Es una esperanza orientada al futuro.

Hay una razón para que estemos seguros de hoy a pesar de nuestras debilidades: la obra de intercesión del Espíritu Santo.

De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. ─ Romanos 8:26-27

Debido al hecho de que aún sufrimos los efectos del pecado, nuestras oraciones en sí mismas no son suficientes para hacernos perseverar.

Nuestro conocimiento limitado de las situaciones en las que nos encontramos, nuestro egoísmo, y muchos otros factores nos impiden conocer la voluntad de Dios para nosotros específicamente en toda su plenitud.

Debemos orar sólo de acuerdo a la voluntad de Dios, de acuerdo a lo que Él desea para nosotros. "Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye" (1 Juan 5:14).

No debemos dejar de orar o de creer que nuestras oraciones serán ineficaces. Pablo dice que el Espíritu Santo toma nuestras oraciones imperfectas y las hace perfectas.

Él intercede junto a nosotros y dentro de nosotros "con gemidos indecibles" (Romanos 8:26). El Espíritu toma nuestras oraciones y hace que se conformen a la voluntad perfecta de Dios.

No debemos temer que la imperfección de nuestras oraciones y la debilidad de nuestra carne nos impedirán perseverar hasta el fin. Dios el Espíritu Santo ora perfectamente, y siempre se conceden sus peticiones para nosotros.

Un comentarista de la Biblia, Douglas J. Moo, dijo: "Cuando no sabemos qué orar, sí, incluso cuando oramos por cosas que no son conveniente para nosotros, no debemos desesperarnos, porque podemos depender de la intercesión perfecta del Espíritu para nosotros."



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