Jesús Sana Al Siervo del Centurión                  Jesús Sana Al Siervo del Centurión
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Jesús Sana Al Siervo del Centurión

Jesús sanó a muchas personas, no sólo para satisfacer sus necesidades físicas, sino también sus necesidades espirituales.

Un día Jesús viajó a la ciudad de Capernaum cerca del Mar de Galilea. Se reunió con un centurión, un oficial de alto rango en el ejército romano. A pesar de que no era un Judio como Jesús, debe de haber amado a Dios y haber creído Su poder de curación para que se acercara a Jesús de esta manera.

El centurión tenía un sirviente que estaba gravemente enfermo. Le rogó a Jesús que sanara al muchacho que estaba paralizado y en un gran dolor. En aquellos días los sirvientes fueron a menudo tratados con crueldad por sus amos, pero este centurión se preocupaba mucho por su sirviente enfermo.

Jesús accedió a ir al siervo y recuperar su salud, pero el centurión sentía que no era lo suficientemente bueno para que Jesús entrara en su casa. Así que le pidió a Jesús que sólo diga las palabras de curación desde donde se encontraba, creía que esto sería suficiente para curar al muchacho. El centurión tenía una gran fe en Jesús y creyó en su corazón que al igual que sus soldados obedecieron al decirles qué hacer, así que Jesús sólo tenía que decir las palabras y la enfermedad del siervo lo dejaría y que él sería sanado.

Jesús estaba complacido con la fe del centurión y le dijo que regresara a su sirviente y su petición sería contestada. “Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que Lo seguían: “En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande.” (Mateo 8:10) Cuando el centurión volvió a casa encontró al siervo sanado por completo, tal como Jesús había dicho.

El centurión creía sin una pizca de duda de que las palabras del Señor eran poderosas y autoritarias. El poder sanador de Jesús no está limitado por el tiempo o la distancia. Él puede sanar sin necesidad de estar presente. Aunque este hombre de una fe tan grande nunca es nombrado, todavía sirve como un ejemplo tremendo para todos los que aman la Palabra de Dios y buscan las palabras sanadoras de Jesús.

Jesús, mirándolos, les dijo: “Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.” ─ Mateo 19:26


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Quizás ningún otro componente de la vida cristiana es más importante que la fe. No podemos comprarla, venderla o entregarla a nuestros amigos. Dios tiene una manera de distinguir entre los que pertenecen a Él y los que no, y se llama fe.


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